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La apuesta por la reindustralización que ha hecho la Unión Europea (UE) y el Gobierno de España para fijar como objetivo que la industria manufacturera aporte el 20 % del PIB, exige aumentar la competitividad, para lo que es necesario avanzar en la transformación digital. La digitalización se apoya en la inversión en activos intangibles como son la I+D, el software, la imagen de marca, el diseño, la formación de los trabajadores a cargo de la empresa y el capital organizacional. En España, el esfuerzo inversor de la industria en este tipo de activos es prácticamente la mitad del europeo (11,7 % vs 20 % del VAB), siendo un rasgo preocupante que se repite en todas las ramas manufactureras. Además, al menos desde la crisis financiera de 2008, la distancia en esfuerzo inversor que nos separa de la UE se ha ampliado. En consecuencia, si queremos que la industria manufacturera española gane competitividad a nivel internacional, hemos de apostar fuerte por la digitalización, lo que exige cerrar la brecha en esfuerzo inversor en intangibles que tenemos con nuestros competidores. Para ello tenemos la gran oportunidad que suponen los fondos NGEU, entre cuyos objetivos está la digitalización, con financiación específica para varios PERTE del sector industrial.
Maudos, J. (2024). «Intangibles y competitividad de la industria española: una comparativa internacional». Cuadernos de Información Económica n.º 298 (enero-febrero): 35-40.