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Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas

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El talento favorece la productividad y el empleo de calidad pero hacen falta políticas públicas para atraerlo y mantenerlo

Ana Revenga y Teresa Coelho cierran el ciclo de diálogos En busca de la prosperidad: los desafíos de las migraciones, organizado por la Fundació Ernest Lluch y el Ivie, con un análisis sobre la competencia internacional y entre regiones por atraer el talento

La Fundació Ernest Lluch y el Ivie, en colaboración con la Fundación Bancaja, celebraron ayer por la tarde el último de los diálogos incluidos en el ciclo En busca de la prosperidad: los desafíos de las migraciones, que han desarrollado en Valencia durante 2019. En este caso, Ana Revenga, presidenta del Patronato ISEAK; y Teresa Coelho, responsable de Recursos Humanos en KPMG España, centraron su intervención en la competición internacional por la atracción de talento y sus efectos en las personas que se desplazan y en los países de origen y destino.

Ambas coincidieron en señalar que la movilidad de trabajadores con elevada formación es positiva porque el talento que aportan favorece la productividad y el empleo de calidad. “El 10% de las patentes de todo el mundo están desarrolladas por personas que no trabajan en su país”, ha destacado Ana Revenga. Sin embargo, en su opinión, es necesario aplicar políticas públicas que contribuyan a atraer ese talento y, al mismo tiempo, también hay que compensar los posibles perjuicios en los países de origen que sufren la fuga de talentos. En los últimos años, la movilidad de las personas en busca de un mejor futuro laboral no ha cambiado tanto, pero sí lo ha hecho el perfil de esos trabajadores, especialmente por el aumento entre los más cualificados. Además, mientras que los lugares de origen se han diversificado, se ha producido una concentración en los destinos. Dos terceras partes de los universitarios que abandonan su país se desplazan a estados de la OCDE. Principalmente hay cuatro países que absorben ese talento: Estados Unidos, Canadá, Australia y Reino Unido.

En el caso de España, según Teresa Coelho ha mejorado mucho la calidad del talento que tiene disponible, especialmente, en los últimos años ha habido un importante avance en las competencias en inglés. Sin embargo, falta potenciar también las competencias tecnológicas y, ha querido insistir también en la necesidad de impulsar las competencias transversales en aspectos más actitudinales y relacionados con la práctica empresarial. “Tiene que haber más conexión entre la empresa y la universidad”, ha destacado.

Por su parte, Ana Revenga ha explicado que España no resulta especialmente atractiva para el talento porque no hay incentivos a la investigación. “En el país hay algunos polos de formación que atraen talento, pero es muy difícil para otras regiones que no tienen el tejido productivo ni las estructuras económicas que favorecen el talento”.

Las dos expertas invitadas al diálogo han dedicado parte de su conversación a recordar la importancia de fomentar la igualdad de oportunidades como base para potenciar el talento. “Las mujeres son más de la mitad de las personas migrantes con formación superior, y eso puede contribuir a su empoderamiento, pero necesitan que se garantice la igualdad de oportunidades tanto para salir del país de origen como para encontrar después un puesto de trabajo adecuado a su talento en los de destino”, ha aclarado Revenga.

Para la directiva de KPMG, el problema actual no es de escasez de talento, sino de dificultad a la hora de encontrarlo. Además Coelho, insiste también en no olvidar a las personas de más edad que pueden aportar talento y experiencia, si se las tiene en cuenta y se contribuye a actualizar su formación.

Con este diálogo, titulado La competición internacional por el talento: riesgos y oportunidades territoriales, finaliza el ciclo que ha desarrollado en València la Fundació Ernest Lluch y el Ivie, con la colaboración de la Fundación Bancaja, y que se ha prolongado durante 2019. Francisco Pérez, director de Investigación del Ivie; y Joan Majó, presidente de la Fundació Ernest Lluch, clausuraron el ciclo y anunciaron que se repetirá la experiencia en 2020, aunque todavía no se pueda avanzar la temática que se abordará. El objetivo de estos ciclos es fomentar la discusión y el debate sobre aspectos que contribuyan a combatir la desigualdad entre las personas.

13 noviembre 2019

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