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Las cuotas son necesarias porque, aunque hombres y mujeres somos iguales, partimos de situaciones claramente desiguales
Cristina Gallach y Lina Gálvez protagonizan el tercero de los 5 Diálogos sobre Desigualdades y Democracia organizados por la Fundación Ernest Lluch y el Ivie en València.
La Fundació Ernest Lluch y el Ivie continúan desarrollando el ciclo 5 Diálogos sobre Desigualdades y Democracia, que ayer reunió a Cristina Gallach, alta comisionada para la Agenda 2030; y Lina Gálvez, consejera de Conocimiento, Investigación y Universidad de la Junta de Andalucía; para abordar las desigualdades desde la perspectiva de género.
En su diálogo, ambas ponentes coincidieron en señalar los avances logrados en España en los últimos 40 años, pero también en destacar lo lejos que todavía estamos de la igualdad plena entre hombre y mujeres. Además, insistieron en la responsabilidad de las grandes democracias avanzadas en el lento progreso en igualdad de género que experimentan los países menos desarrollados.
Cristina Gallach y Lina Gálvez abordaron las desigualdades entre mujeres y hombres tanto en el plano económico y profesional, como en el privado, incluyendo la grave lacra de la violencia de género. Gallach recordó que “para llegar a una sociedad más igualitaria deben implicarse todos los agentes: empresas, profesionales, administración, ciudadanía, etc.”
En cuanto al mercado de trabajo, Lina Gálvez explicó que todavía queda mucho por hacer para alcanzar la igualdad de genero porque “mientras que los datos en educación revelan que el 60% de los egresados universitarios son mujeres, solo hay un 20% de catedráticas en las universidades españolas. Además, los hombres copan los órganos directivos de las empresas y en las titulaciones de ciencias e ingenierías las mujeres siguen siendo minoría”.
Las dos dialogantes analizaron también las oportunidades de las nuevas tecnologías y las redes sociales para luchar contra la desigualdad. En opinión de Cristina Gallach, la tecnología debería facilitar la igualdad, pero para ello, es necesario que todas las innovaciones se desarrollen desde la perspectiva inclusiva y de igualdad de género. Por su parte, Lina Gálvez habló del peligro que pueden suponer las redes sociales si se utilizan para mostrar imágenes o textos machistas y denigrantes, aunque también están demostrando ser una herramienta de movilización para denunciar abusos y exigir el respeto y los derechos de las mujeres.
Según explicó la consejera de Conocimiento, Investigación y Universidad, un hombre obtiene mejores salarios cuando se casa y tiene hijos, mientras que en la mujer esta relación se invierte y su sueldo es menor cuando tiene cargas familiares. Esto se produce porque la mujer es la que renuncia a progresar en el ámbito profesional para poder atender a sus hijos o a sus mayores.
En este sentido, Cristina Gallach reclamó la necesidad de facilitar el trabajo en remoto para poder conciliar la vida profesional y laboral, una medida que, no solo favorece la productividad, sino que mejora el bienestar personal de las personas. Gálvez apoyó está petición e insistió en que “la cultura presentista en los puestos de trabajo es puramente masculina”.
En cuanto a las desigualdades en el ámbito privado, ambas ponentes coincidieron en la importancia de que los cuidados de la familia dejen de asumirse como una responsabilidad personal de las mujeres para adentrarse en la cultura del cuidado común y la responsabilidad colectiva.
Por último, Cristina Gallach y Lina Gálvez no quisieron eludir las preguntas sobre la imposición de cuotas de mujeres en la administración y las dos se mostraron a favor de la medida, pese a “su mala reputación”, ya que están demostrando que, de momento, la imposición legal es la única manera de que la mujer pueda alcanzar determinados puestos. “Aunque los hombres y mujeres somos iguales, partimos de una situación claramente desigual que hay que revertir cuanto antes”, explicó Lina Gálvez.