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El Ivie lamenta la pérdida de Emilio Tortosa Cosme y agradece la confianza que depositó en el Instituto
El economista Emilio Tortosa Cosme falleció el pasado día 6 de noviembre a los 78 años de edad, pero deja una huella imborrable en la sociedad valenciana y también en el Ivie, un centro por el que apostó y ayudó a impulsar desde sus cimientos
Emilio Tortosa Cosme falleció el pasado día 6 de noviembre a los 78 años de edad. Todo el equipo del Ivie lamenta profundamente el final de una larga e intensa relación con una de las personas que más ha apoyado el nacimiento y la trayectoria de nuestro Instituto, y se une a los sentimientos de su familia en el momento de la despedida.
La vinculación de Emilio con el Ivie se remonta a 1990, año de su fundación, cuando era director general de Bancaja, la extinta Caja de Ahorros de Valencia. Su apoyo a la creación y potenciación del Instituto fueron claves para que la iniciativa de la Generalitat Valenciana y un grupo de investigadores universitarios fuera compartida, y posteriormente participada, por instituciones y empresas privadas. De ese modo, se fue haciendo visible que el Ivie era y es un proyecto de interés general para la sociedad. Así lo entendió Emilio Tortosa durante los 11 años que fue miembro del Consejo de Administración del Ivie, hasta que cesó al dejar la dirección general de Bancaja.
Emilio Tortosa tuvo siempre gran interés por temas de investigación que se han convertido en señas de identidad del Ivie, e impulsó desde la Fundación Bancaja líneas de colaboración a largo plazo en materias que han singularizado al Instituto, como el capital humano. Las numerosas monografías sobre las relaciones entre educación y empleo de los jóvenes, el Banco de datos de Capital Humano y el Observatorio de la inserción laboral de los jóvenes son resultado de su estímulo. De esa línea de investigación, y de su sensibilidad por hacer llegar a la sociedad el conocimiento generado, fueron los 145 Cuadernos de Capital Humano, documentos mensuales sobre la relación entre la formación y la pobreza, la crisis económica, el desarrollo humano, el empleo o el emprendimiento. También promovió que el Instituto profundizará en el concepto de fundación-empresa para interpretar la naturaleza institucional de las cajas de ahorro, como empresas que se refuerzan cuando persiguen objetivos de interés general a través de sus obras sociales, una versión anticipada de lo que ahora se denomina responsabilidad social de la empresa.
La huella que deja Emilio Tortosa en la trayectoria del Ivie será imborrable. Queda marcada en proyectos que impulsó de forma decisiva con su sensibilidad y empuje, y que el Instituto continúa porque muchas de esas líneas de trabajo mantienen una actualidad indiscutible. Esos estudios y bases de datos siguen recordándonos su figura desde las páginas web del Ivie y de la Fundación Bancaja. Tuvimos la fortuna de que su visión amplia de los problemas de la sociedad valenciana y española coincidiera estratégicamente con la del Ivie. Nos ayudó cuanto pudo y le estamos muy agradecidos por la mucha confianza que siempre nos otorgó. Descanse en paz.