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En este trabajo efectuamos una evaluación del PRTR en perspectiva regional. La convergencia interterrito-rial se ha detenido en España en los últimos quince años, debido sobre todo a la concentración de las ganancias en productividad en las regiones más adelantadas. El PRTR es una oportunidad para rever-tir la atonía de la inversión pública y estimular deci-sivamente la inversión privada, por el volumen de los fondos y su acompañamiento de reformas exigi-das desde la Unión Europea. Sin embargo, las co-munidades autónomas (CC. AA.) han estado ausen-tes de la planificación y el diseño de buena parte de los programas, y las reformas comprometidas ob-vian a la organización territorial (financiación, go-bernanza, desarrollo). No hay estrategias específicas; la visión territorial implícita es homogénea, con una presencia decisiva de políticas horizontales. En contraste, las CC. AA. participan en la ejecución en el ámbito de sus competencias. Han recibido, con cierto retraso, aproximadamente el 40% de los recursos ya comprometidos, lo que ha disparado la asignación de transferencias de capital (ingresos) en relación con cualquier período precedente. El resto es gestionado por la AGE en lo fundamental. Las regiones más pequeñas han recibido más recursos por habitante. En cambio, la relación entre el nivel de desarrollo regional y la llegada de fondos es descartable con carácter general, por lo que la dis-tribución regional de los fondos no favorece la convergencia y la cohesión territorial, sino más bien lo contrario. El PRTR arrancó tarde y con una ejecu-ción inicialmente lenta, pero que se ha acelerado en los últimos tiempos, sobre todo en el caso de la AGE. El retraso de las CC. AA. se explica, en parte, por factores comunes a otros fondos europeos (complejidad, control, fragmentación de la gestión) y, en parte, por aspectos específicos del PRTR: la ausencia de participación en el diseño dificulta el compromiso de las administraciones regionales; la falta de un programa de actuación concreto, calen-darizado y organizado complica el refuerzo del aparato administrativo. Además, la llegada de fon-dos adicionales compite con la ejecución de los programas europeos ordinarios.