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Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas

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El valor de los recursos naturales por habitante de España ha caído un 15%, aunque sigue un 34% por encima de la media europea

La Fundación BBVA y el Ivie publican una monografía que cuantifica el valor del capital natural en España en 467.558 millones de euros en 2018

Los recursos naturales con los que cuenta un país son imprescindibles para la vida humana y una parte fundamental de su riqueza, aunque no suelen tenerse en cuenta en los análisis sobre el crecimiento económico. En concreto, el valor del capital natural de España, que incluye los recursos forestales, madereros y no madereros; las tierras de cultivo; las tierras de pasto; las áreas protegidas; y los recursos energéticos y minerales metálicos, ascendía a 467.558 millones de euros en 2018 (último año con datos disponibles). Esa cifra agregada supone unas dotaciones de capital natural por habitante valoradas en 9.156 euros, según los datos recopilados en la monografía Economía y medio ambiente en España: análisis del flujo de materiales y capital natural, publicada por la Fundación BBVA y el Ivie.

El capital natural forma parte del capital o riqueza acumulada total (capital producido, capital humano y capital natural) que constituye la base productiva a partir de la cual se genera todo el flujo de bienes y servicios de la economía nacional (PIB). Es interesante conocer en qué medida es posible aumentar el PIB sin que ese incremento implique una sobreexplotación o pérdida de los recursos naturales que pueda representar un problema de sostenibilidad. En este sentido, el documento alerta de una evolución negativa del capital natural, ya que el valor de los recursos naturales se ha reducido entre 1995 y 2018, ligeramente en términos absolutos (-0,4%) y de forma más intensa por habitante (más de un 15%), frente a un crecimiento del PIB per cápita del 39% en ese periodo.

En la comparación internacional, el capital natural de España está por encima de la media de la UE-27, aunque su situación relativa ha empeorado en la clasificación por países. Los algo más de 9.000 euros de recursos naturales por habitante con los que cuenta España superan en un 34% el promedio de la UE-27, situado en 7.026 euros. Mientras en 1995 se situaba como el quinto país con más dotaciones per cápita, en 2018 baja hasta el puesto número ocho, al ser superado por Estonia, Letonia, Austria y Dinamarca. En 2018, el país europeo con mayores dotaciones de recursos naturales por habitante es Finlandia, con más de 21.000 euros per cápita, una cifra que más que duplica la española, seguido de Suecia e Irlanda.

Las dotaciones de capital natural per cápita también se han reducido entre 1995 y 2018 en otros países europeos como Irlanda, Bélgica, Rumanía, República Checa, Chipre y, de forma muy acusada, en Luxemburgo, país que prácticamente reduce a la mitad su stock por habitante. Esta evolución contrasta con la de otros países que han incrementado de forma notable su capital natural per cápita, como Croacia, Lituania, que prácticamente duplican sus dotaciones, y Suecia, Letonia, Eslovenia, Polonia, Estonia y Alemania, donde el crecimiento supera el 30%.

Para estimar el stock de capital natural, el estudio, elaborado por los investigadores del Ivie Ernest Reig y Ezequiel Uriel, los técnicos del Instituto Eva Benages y Juan Carlos Robledo, y el jefe del Servicio de Estudios y Estadística de la Conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana, José Antonio Franco, valora los recursos naturales disponibles en función de las rentas que generan anualmente o en función de sus precios de mercado cuando estos están establecidos. Disponer de esta cuantificación es importante porque la sostenibilidad futura de los actuales niveles de extracción y producción va a venir determinada por dicho stock. Si los niveles de actividad actuales agotan y/o degradan los activos naturales disponibles con una rapidez mayor de la que admite su regeneración, su disponibilidad a largo plazo puede verse comprometida, dando lugar a pérdidas de bienestar para las generaciones futuras, que ya no podrían disfrutar de esos recursos.

En términos absolutos, si se muestra conjuntamente la evolución del PIB y del stock de capital natural, se observa que el PIB ha crecido más de un 60% entre 1995 y 2018, mientras que el capital natural se ha mantenido prácticamente constante en estos años, con una ligera caída del -0,4%. Desde esta perspectiva, el crecimiento económico no ha comportado una pérdida significativa de capital natural agregado. Sin embargo, al realizar la comparación con cifras por habitante, la pérdida de dotación relativa de recursos naturales se hace más evidente, por el aumento de la población registrado en este periodo. Mientras el PIB per cápita creció un 39% entre 1995 y 2018, los activos naturales por habitante han caído un 15%. Mantener los ritmos de aumento de la población junto al estancamiento del stock de capital natural podría poner en riesgo la sostenibilidad del crecimiento y el bienestar de las generaciones futuras porque dispondrían de menos recursos naturales de los que disfrutar o en los que basar el desarrollo económico. En cualquier caso, una valoración más concluyente sobre la sostenibilidad del crecimiento reciente de la economía española requeriría incluir en el análisis algunos activos naturales de difícil cuantificación económica.

Una de las principales aportaciones de la monografía es la ampliación del análisis de los recursos naturales al ámbito regional. Las mayores dotaciones de capital natural en términos absolutos corresponden a las regiones de mayor tamaño, como Andalucía, Castilla y León y Castilla-La Mancha, que concentran el 30,2%, el 12,5% y el 10,1% del capital del país, respectivamente. En términos per cápita, las mayores dotaciones relativas se concentran en las regiones del centro y el sur de la península: Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León superan los 22.000 euros de dotaciones por habitante, lo que supone más que duplicar la media nacional (9.000). Frente a estas autonomías, en regiones densamente poblabas como Baleares, C. Valenciana, País Vasco, Cataluña y Madrid no llegan a 5.000 euros por habitante.

Los autores de la monografía recuerdan que en España existen muchas diferencias territoriales en el ámbito del capital natural, por lo que la conservación de estos recursos tiene que abordarse con políticas específicas para cada región de acuerdo con sus características y circunstancias.

11 octubre 2023