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Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas

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Los costes de la crisis son elevados pero abordables desde la solidaridad, canalizada a través de los mecanismos presupuestarios

Para muchos ciudadanos, la referencia para entender lo que puede significar una crisis económica como la que está desatando el COVID-19 es la Gran Recesión iniciada en 2008. El quinto documento COVID19: IvieExpress, elaborado por el investigador del Ivie y catedrático de la Universidad de Murcia, Francisco Alcalá, compara estas dos crisis con el fin de hacer comprensibles los retos que afronta actualmente el país y discutir las claves que pueden facilitar su superación. Esta vez no hay un sector económico que haya vivido un auge desproporcionado e insostenible, como fue el de la construcción en su momento, ni un sistema bancario que deba ser reconstruido. El núcleo original del problema económico es un problema sanitario que dificulta las posibilidades de producir y consumir y, por tanto, los avances sanitarios son la precondición para resolver el problema económico. Ahora bien, el problema original puede magnificarse o amortiguarse en función de la eficacia con la que se neutralicen los mecanismos de propagación de la crisis económica (dificultades de liquidez, caída de demanda por desempleo y pérdida de ingresos, deterioro de expectativas).

Para evitar la propagación y amplificación de la crisis, es necesario, en primer lugar, que fluya el crédito. En este sentido, la mayor solvencia del sector bancario unida a los mecanismos de apoyo del BCE y los avales públicos permitirán dar respuesta a las necesidades de las empresas, pymes y autónomos que eran viables para que superen la crisis. En segundo lugar, en cuanto al incremento del desempleo, Alcalá subraya los efectos positivos de los ERTEs, que permiten mantener los vínculos entre empleados y empresa hasta que estas últimas puedan reanudar su actividad. Sin embargo, alerta sobre las amplias capas de la población que quedan fuera de los subsidios de desempleo incluso después de la relajación de requisitos de acceso. Entre estos, se encuentran muchos autónomos o los que viven en la economía irregular y a los que habrá que apoyar a través de algún tipo de renta básica garantizada. Además, Francisco Alcalá recuerda que España es una de las economías avanzadas en las que más ha aumentado la desigualdad en la última década y en la que no debería permitirse un incremento adicional de las brechas existentes. Cualquier actuación de apoyo a los colectivos más vulnerables contribuirá a mitigar la amplificación de la crisis económica.

Para poder financiar todas las medidas y conseguir que las expectativas negativas no afecten, incluso, a las inversiones de agentes solventes y con liquidez, es necesario que las instituciones de gobierno actúen con unidad y eficacia. No es esperable que la UE acabe aportando recursos sustanciales a fondo perdido para responder a la crisis, pero se ha comprometido a facilitar un mayor endeudamiento del Estado español. Ahora bien, la posibilidad de un mayor endeudamiento no impide que los costes de las medidas para atenuar el impacto económico y social de la crisis recaigan más tarde o más temprano sobre la sociedad española. Es necesario reforzar este sistema fiscal al tiempo que se lo moderniza y hace más equitativo. “Los costes de la crisis son elevados, pero abordables dentro de un estado social y democrático en el que los impuestos son un instrumento clave para canalizar la solidaridad entre los distintos grupos de población”, añade.

14 abril 2020